Boyhood

La verdad, quería leer algo de Coetzee para ver qué clase de persona se ganó el Premio Nóbel. O para empezar a decir que leí cosas de todos los que recibieron ese reconocimiento. Fui a la librería en la que suelo comprar libros en inglés (nuevos) y, pese a que me llamaban más la atención títulos como  Foe o waiting for the Barbarians, elegí el más corto.
Y me parece que Boyhood es una muy buena opción para empezar a leer a este escritor sudafricano.
Por un lado, es el primer volumen  de su autobiografía y es probable que sirva para abordar otros textos. O no.
Por otro lado, la novela está narrada en primera persona por un chico. Un varón que expone sin muchas vueltas varios temas universales, comunes a las sociedades a las que estamos acostumbrados, como que papel asume un hombre desde su infancia, la relación entre padres e hijos, entre pares. También hay cuestiones más específicas como una descripción cruda del apartheid, un testimonio que expone sin metáforas las contradicciones que existían en el núcleo familiar, la sociedad de la época y las injusticias que se cometían hacia las clases que no estaban acomodadas.
Las palabras son las de alguien que todavía no sabe poner en palabras, no conoce conceptos complejos para explicar todo ese conjunto de cosas que suceden a su alrededor, pero sí percibe, quizás de grande, la crueldad de su propia familia. Y, de chico, la inestabilidad de sus convicciones.
La construcción de esa voz es lo que le da mayor valor literario a esta novela autobiográfica.
Es posible que lo que una todas las experiencias, bastante dispares, sean las contradicciones y la hipocresía de la sociedad colonial.
Más adelante calculo que voy a seguir con Youth y Summertime, para completar la trilogía sobre Coetzee.




Comentarios

  1. Si te interesan los sudafricanos, no te pierdas a Alan Paton, especialmente su Cry the Beloved Country y Too Late the Phalarope.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cuentos fantásticos rusos del siglo XIX

Chicos que vuelven, Mariana Enríquez

Reseñas pendientes