Saga- volumen 1

El narrador, la voz en off, es el hijo de dos soldados de bandos enemigos, de dos lugares diferentes, de dos especies diferentes que... se enamoran y se escapan juntos.
Si bien suena medio pendorcha contada así, esta novela gráfica está muy bien narrada y no destila dramatismo en un texto con diálogos sublimes, sino que tiene una humanidad y una simpleza que la acercan a The Sandman.
Alana tiene alas estilo murciélago y es del planeta Wreath; Marco tiene cuernos de carnero y es de la luna de Wreath. Desde el momento en el que nace Hazel, el bebé que resulta de la mezcla entre los dos y mientras se escapan y van esquivando a los enemigos, las discusiones que tienen a partir de las diferencias culturales que existen entre ambos son muy graciosas.
Los diseños son geniales y los personajes secundarios, con historias que se van a ir encontrando con la principal, le suman mucho al universo fantástico creado por Brian K.Vaughan. No hay descuidos. Fiona Staples, una de las dibujantes femeninas con más chapa dentro del mundo machista de la historieta, no se ganó el lugar que tiene porque sí. Los personajes están muy bien construídos tanto desde el guión como desde lo "actoral". Cada uno tiene un lenguaje corporal y expresiones propias. Tienen vida.


Pero tampoco se queda en estos detalles y en tener una narración de la acción muy dinámica y clara... el tema principal es el imperialismo. Aparecen pueblos enteros masacrados que siguen atormentando a los visitantes de su planeta, chicos sobrevivientes de las matanzas que ahora están destinados a la trata de blancas, supremacía racial y el horror de los opresores frente a lo, quizás, menos horroroso: la hibridez.







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