I, Robot, Asimov (1)



Introducción y comentarios de Susan Calvin 

Los cuentos están presentados como si los fuera contado la psicóloga de robots Susan Calvin en una entrevista. Entre cuento y cuento, además, la doctora hace comentarios y, en alguna ocasión, le cuenta al entrevistador la historia que quiere escuchar.

Robbie 

   Al RB, el robot mudo apodado Robbie, lo compró el seño Weston para que cuide a la hija. Y Robbie no sólo hace de niñero de Gloria, también juega con ella y da señales de sentir afecto por la chica.
   Pero la señora Wston, que primero quiso comprar el RB para estar a tono con la moda, se acopla (también) al antirobitismo que empieza a surgir en la sociedad y quiere revenderlo bajo el fundamento de que la chica o va a aprender a relacionarse con seres humanos. Y lo hace.
   En esta historia, la doctora Calvin aparece tomando apuntes en una exposición de robots a la que va Gloria tiempo después de haber perdido a su amigo Robbie. Susan recién está empezando a hacer observaciones en el campo de la robótica mientras estudia...

Runaround

   ¿Qué pasa si un robot es muy caro y, cuando lo programan, refuerzan la tercera ley (la de autoconservación)?

   A Donovan y Powell los mandan a Mercurio con Speedy, un SPD13, para reactivar un yacimiento y se dan cuenta de que en la base está faltando selenio para que se puede generar un ambiente habitable. Lo mandan al robot, primero porque para eso está; segundo, porque la radiación solar que llega a la zona en la que está ese elemento mataría a un ser humano en minutos.
   El problema es que Speedy entra en una especie de borrachera cuando se va a buscar ese elemento y entra en un loop: orbita hasta y desde el selenio (que podría destruirlo). Va y viene entre la segunda y la tercera ley.
   EL error: no haber aclarado que, de no llevar el selenino, no iba a poder cumplir la primera ley (no matar humanos, no permitir que, por falta de acción, un humano se muera).
   La solución: apelar a la primera ley con todos los riesos que conlleva.

    Reason 



    De nuevo, Powell y Donovan andan lidiando con robots.
    Ahora, están en una estación espacial desde la que tienen que controlar unas máquinas que mandan energía a la tierra en forma de ondas con Cutie, un QT1. El trabajo y la estadía ahí es bastante difícil, pero, hasta ese momento, no había robots que pudieran suplantar por completo a los humanos
    Como Cutie da muestras de tener una capacidad de razonamiento superior a la de otros robots e, incluso, empieza a cuestionar su propia existencia e identidad, estos hombres le empiezan a contar dónde está, quiénes son los humanos y hacia dónde envían los rayos.
    Pero Cutie los ve como seres inferiores (con la consistencia de un sanguchito) y, por medio del razonamiento (formalmente válido) que hace que niegue la evidencia que le presentan, llega a la conclusión de que el generador de la estación es el Amo, el ser supremo, y que los robots tienen que liberarse de los humanos para poder servir a su Dios. Y Cutie demuestra su propia existencia ( y utiliza como fundamento del resto de sus creencias) con un "pienso, luego existo" a lo Descartes.
    El tema de la historia: la justificación de la fé sin prestar atención a la evidencia que es justificada con el argumento repetitivo de que estos seres de la tierra (Cutie tampoco cree en la tierra) engañan a sus sentidos para hacerles creer que los tieen que servir.
    Así que Cutie arma su religión y se erige como profeta.
    No hay evidencia que valga contra la razón pura, pero la verdad es que Powell y Donovan van a poder dejar esa estación en manos de un modelo que va a cuidar como nadie a su amo y señor, el reactor.

Catch that Rabbit 




    Ahora, Powell y Donovan están en un asteroide, a cargo de un grupo de robots que funcionan como si fueran los dedos de Dave, el DV5, y "trabajan" de mineros.
    ¿Cómo funcionan las conexiones positrónicas para que David funcione como un todo con sus "dedos"? no se sabe todavía, los robots ya están construyendo robots y el ser humano ya quedó afuera en cierta forma.
    De nuevo, parece que los robots se volvieron locos y, cada tanto, empiezan a hacer una especie de danza macabra hasta que los humanos vuelven a aparecer dentro de su radio de percepción. Al parecer, no tienen idea de qué les sucede en esa especie de crisis de ausencia.
    ¿Mienten y están tramando algún tipo de rebelión o armando otra secta de robots?

Liar!

   El cuento donde la doctora Calvin aparece más humanizada.
   ¿Y si la primera ley impllica no dañar ni siquiera los sentimientos de un ser humano?
   RB-34, Herbie, es un robot que puede leer la mente. Mientras el equipo de Susan Calvin está investigándolo para ver dónde está la falla, Herbie empieza a desestabilizar a los cientificos por medio de mentiras piadosas y termina creando un ambiente de irrealidad psicótica en las personas que están en contacto con él y logra engañar hasta a la doctora Calvin, que lo destruye con una paradoja (¡¡¡JA!!!) y mucho odio en un momento en el que Herbie no puede decir nada sin lastimar a alguno de los humanos que tiene alrededor.
   La duda es si los motivos que tiene Herbie para mentir son diferentes a los que tiene cualquier humano.



 
 

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