Todos quieren ser robots, Fiódor Svarovski (2007)

TВсе хотят быть роботами  es un libro de poemas de y sobre robots con problemas existenciales. Con problemas de indentidad, desarraigados. Es que los robots siguen presentando la misma duda: ¿dónde termina lo humano y empieza lo artificial? ¿Qué es la consciencia?


"...sólo los robots saben amar
no les entra en la cabeza la idea de traición
¿qué puede ser más fuerte que el apego del material inorgánico
desapasionado, insobornable, de ese ensamble
de moléculas inorgánicas?
¿qué más penetrante que el electrón?"

(...)

y en eso, cierto niño
hijo de amigos
se quebró el brazo
se partió el codo
el médico dijo: esto por supuesto
no se puede curar

le pusieron uno metálico

él 
no podría estar más saludable:
ningún clon en la familia
medio tártaro, medio hebreo

y anda orgulloso
alardea:
ahora soy como un cíborg."

(fragmento de Todos quieren ser robots, primer poema)

    Los robots, claro está, responden al modelo de Asímov, en el que los cerebros positrónicos se mimetizan con la consciencia humana y las leyes de la robótica (y las matemáticas, el álgebra) los convierten en seres ideales, que respetan más los valores que los humanos mismos... porque no entran (salvo por accidente o error de cálculo) en contradicciones.

"4.
sos un robot
solo en el desierto
después del ataque 124
con tus depósitos de ácido
del todo secos

5.
... sabés
que los robots no tienen ángeles
nadie se preocupa
ni vuela
ni nos cubre
con alas invisibles
en el camino

por eso en tiempos difíciles nos manejamos sin rodeos
y yo te pido 
ácido y agua 

pero
lo principal
estoy sufriendo

creo que muriendo
pero como persona no viva
por completo
no iré al paraíso."

(fragmento de Combate cerca de Madabalján)

"1.
Los robots de guerra japoneses
atacan Pekín

mataron a todos los chinos
pero por una falla en el programa
no tocan a los niños
quienes 
quedan entre las ruinas
(...)
5.
tras el termotanque, en la vieja casa
se escondía un replicante
un robot parecido a un hombre
se está muriendo
tiene un infarto
(...)
6.
Aíko teme 
es un robot
que le disparaba a la gente

pero él está acostadito y mira
y no parece un enemigo
un asesino
o un malvado

a fin de cuentas
-piensa Aíko-
igual estoy sola".

(fragmento de Mongolia, la historia de un replicante que se va con Aíko a Mongolia creyendo que es la tierra prometida y se los terminan comiendo los caníbales)

    La traducción, a cargo de López Arriazú, es impecable.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuentos fantásticos rusos del siglo XIX

Chicos que vuelven, Mariana Enríquez

Reseñas pendientes